La inteligencia humana tiene que derrotar al mecanicismo ...




... para transformar la realidad de nuestro tiempo. A diario se aprecian numerosos casos de decisiones erróneas y mediocres, sobre todo en las burocracias públicas pero también en las privadas. Me comenta Rúas un par de casos que ha observado en los últimos días: ambos en sendas bibliotecas públicas. Se da la curiosidad de que uno de los empleados público estaba una mañana en una de ellas, y la tarde anterior en la otra biblioteca. 

El primero de los detalles lo apreció Rúas en el Servicio habilitado para personas con discapacidad. En una de las esquinas del mismo las huellas de humedad son evidentes. En la parte superior de ese mismo córner, una placa del techo móvil estaba desplazada porque hay una avería, lo más que probable vinculada a las humedades que hay en la parte inferior. Los responsables del mantemimiento de este edificio, ¿cómo hacen sus trabajos? Los supervisores de aquéllos, ¿qué responsabilidades tienen en que eso esté ocurriendo?
La citaba biblioteca fue inaugurada a finales de marzo de 2011 tras una inversión de 4 millones de €. Durante su historia, los problemas de falta de personal en la misma también son notorios.

El segundo de los casos que nos trae Rúas viene por el uso sin aplicar la inteligencia del aire acondicionado -frío o calor- cuando no hace falta el mismo dadas las condiciones climatológicas del día en cuestión. En el supuesto que nos ocupa, durante las mañanas del martes 27 de junio al viernes 30, la temperatura en la calle es muy agradable, durante buen parte de esos días, fresca. Hoy 6 de julio incluso está lloviznando. Y, sin embargo, desde la apertura de la biblioteca pública en cuestión el aire frío está funcionando sin necesidad real. Puro acto mecánico de la persona responsable de encenderlo y apagarlo, y no caer en el detalle de que durante toda la mañana de ese día no es necesario. Por cierto un gasto económico o inversión que se podría destinar a otra cosa dentro de la misma, por ejemplo a adquirir buenos libros. Por qué ocurre esto: Porque la gente no se para a pensar. Porque esa gente actúa de manera rutinaria. Porque se confunde actuar bien o con inteligencia con hacer lo mismo que el día anterior cuando las circunstancias son diferentes. 

Ambos casos tienen solución, pero se requiere que unos y otros caigan en el error o permitan que se les muestre, y a continuación, que aprendan a escuchar y conversar para a posteriori tomar las medidas necesarias. 

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